Definitivamente la palabra coaching se ha puesto de moda en diversos ámbitos muy variados como las empresas, las relaciones de pareja o los deportes.
En los últimos años, el término coaching se ha posicionado para ser una verdadera tendencia, pero, ¿por qué? A grandes rasgos, lo que más destaca de sus características y por lo que la gente más lo elige es gracias a su proceso no conductual.
Con el objetivo de guiar al cliente es normal que muchos otros métodos tiendan a dar “consejos” que pueden limitar las conductas de una persona. Sin embargo, por el contrario, el coaching busca guiar mediante preguntas, sin inducir ninguna acción. La idea principal es que el cliente o coachee pueda comprender sus inconvenientes desde diferentes puntos de vista propios que las preguntas le revelan.
A grandes rasgos, puede definirse esta disciplina como un método que busca mejorar el rendimiento de las personas en cualquier ámbito de su vida.
¿De dónde ha surgido el coaching?
En la antigua Grecia, el famoso Sócrates utilizaba una técnica bastante curiosa para vincularse con otras personas. Esta constaba de un sistema de preguntas que hacían que las demás personas se cuestionen antes de encontrar las respuestas adecuadas. Basándose en el hilo de la conversación, Sócrates no buscaba enseñar a sus alumnos, sino a que ellos mismos encontraran las respuestas que necesitaban. De esta misma forma funciona el coaching.
Con el pasar del tiempo, el rendimiento de las personas en diferentes marcos de sus vidas fue siendo cada vez más demandado por lo que se comenzó a estudiar esta técnica como posible salida a los bloqueos. Es así como esta disciplina puede ayudar a liberar el mayor potencial de una persona.
¿Qué tiene de especial el coaching?
¿Por qué este método es tan demandado?¿Por qué su éxito ha sido tan repentino?
Cambiar la mentalidad de las personas y llevarlas a liberar su máximo potencial no es una tarea fácil, sin embargo, existen tres principios que son básicos a la hora de comenzar con un proceso de este tipo:
Funcionar como espejo:
El coach no es un maestro. Esta figura no funciona como el portante de toda la verdad, simplemente es un espejo ante el cliente, para que el mismo reconozca sus propias debilidades o inquietudes. Se trata de un guía para el autoconocimiento que refleja y saca a la luz lo que el cliente necesita.
El poder de la adaptación:
No todos los clientes o coachees son iguales. Es así que no todos buscan lograr lo mismo y el coach debe poder adaptarse a eso. Es importante saber escuchar y poder adaptarse a las necesidades de cada uno sabiendo cómo trabajar para que se logren los diversos objetivos.
Los encargados de transformar:
El papel del coach es identificar las debilidades y los obstáculos que se presentan entre una persona y sus objetivos. A partir de la identificación de estos problemas busca transformar estos factores para que se puedan apreciar desde diferentes ángulos y, así, superarlos.
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