Los seres humanos nos relacionamos por medio de conversaciones. A través de ellas, tenemos la posibilidad de generar confianza. Sin embargo, a veces, el lenguaje es usado de manera inapropiada y puede producir malestar en nosotros mismos y en otras personas. Pero ¿Cómo se relaciona esto con el coaching?
Solemos usar las palabras para visualizar, procesar y reflexionar sobre todo lo que percibimos, esto incluye nuestros sentimientos. Cada persona posee una serie de filtros que usa con su lenguaje y percibe la realidad a su propia manera, por lo que, muchas veces las opiniones que se presentan en las conversaciones, no coinciden.
Creemos que, por compartir un mismo código, como lo es nuestro idioma, lo que uno dice y lo que el otro escucha, coinciden totalmente. Pero ya sabemos que por algo existen los malentendidos, prueba de que esto no es así. Es exactamente esto lo que relaciona la comunicación y el lenguaje con el coaching.
Utilizando esta información, el coaching es una disciplina en la que el lenguaje y la expresión de todo tipo están siempre presentes. A través de lo que uno dice, como lo dice y lo que no se dice, el coach puede hacerse una idea del obstáculo que el cliente (o coachee) está viviendo, además de analizar porque no está pudiendo superarlo.
¿Que implica el lenguaje en el coaching?
El lenguaje no es solo el habla, sino también la escucha y el silencio. Pongamos algunos ejemplos: Cuando algo nos disgusta podemos decirlo o comunicarlo con un gesto, muchas veces demostramos cansancio, únicamente, por nuestra postura corporal, incluso, a veces, el interés se muestra solo con una mirada.
Gracias a los aportes actuales de la neurociencia, hoy en día, podemos afirmar que las conversaciones generan la activación de ciertas partes de nuestro cerebro. Muchas veces, conversar nos hace sentir bien, aunque estemos expresando algo que no nos gusta tener que decir. Sin embargo, existen casos en que conversar se vuelve una tarea ardua, ya que congela nuestras acciones, poniéndonos en lo que llamamos “a la defensiva”.
Conversar ¿Se aprende o se sabe desde siempre?
La habilidad para conversar es algo que se aprende, una habilidad que se extiende a lo largo del tiempo como un proceso que debe desarrollarse.
Aprender a conversar dentro o fuera de una sesión de coaching implica aprender ciertos pilares como la flexibilidad, la escucha activa, la capacidad de reaccionar o la habilidad de adaptarse a las expresiones.
La teoría de las conversaciones inteligentes nos permite entender más profundamente cómo es que, nuestras conversaciones, impactan en los demás.
Utilizar nuestra conversación para impactar en los demás puede implicar que consigamos algo de aquellas personas con las cuales nos estamos comunicando. Esto puede ser, un cambio de actitud, la cooperación con algo, la creatividad, la resolución de conflictos, etc.
¿Querés saber más sobre el coaching de relaciones?
En nuestras redes sociales contamos con mucha información para que aprendas sobre el coaching de relaciones. Seguinos en Facebook e Instagram y no te pierdas de ninguna de nuestras novedades.
No te olvides de seguir aprendiendo todo los días con el canal de YouTube de la Escuela de Coaching de relaciones.